Sacarte el
zapato apretado
con el que te
empeñas en caminar
y nunca se
amolda
ni con tiempo
alcohol o
tiritas varias.
Sacártelo
aunque
revienten las ampollas,
abrir el pie
y aferrarte al
suelo,
a este mortal
terreno
por el que nos
movemos.
Pero al fin
tirarlo
aunque
caminemos descalzas
por mucho
tiempo.
Acostumbrarnos
endurecernos,
los pies.
Algún día ya
nos los recordaremos
ni sentiremos
el suelo,
quién sabe,
alomejor un día
terminamos
caminando por
el cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
SE ACEPTAN CRITICAS!!!!! ;)